Uno
de los problemas que afecta la actual sociedad dominicana es la creciente
agudeza de la crisis energética que viene afectando desde hace años a los
sectores menos privilegiados de la ciudad capital. Los hechos expuestos a
continuación constituyen un breve resumen sobre las causas y consecuencias de
esta problemática.
Este
problema viene afectando a nuestra población desde hace innumerables años,
básicamente es provocado por la falta de fondos para mantener funcionando los
generadores de energía trabajando permanentemente, es decir, el gobierno no se
maneja lo suficientemente bien para almacenar fondos suficientes para suplir la
demanda de energía, y por tal motivo se genera una deuda con las compañías
generadoras de electricidad. Esta falta de fondos se genera por múltiples
factores que se escapan al conocimiento público, pero un hecho que si es
conocido es la irresponsabilidad de los ciudadanos a la hora del pago de la
tarifa eléctrica, esta tardanza en el pago trae como consecuencia aún más
apagones y agudiza la precaria situación que ya de por si atraviesan muchos
sectores y barrios.
Como
si todo esto fuera poco, se añade al problema la mala condición que presenta
cableado, equipamiento de difusión y transformadores eléctricos que presentan
los equipos instalados por parte de las autoridades correspondientes. Esto
conlleva otro problema que se suma a la lista, ya que las averías muchas veces
asumen un rol devastador en la entrega de energía eléctrica, empeorando aún más
la situación.
Incluso
cuando todo está funcionando como se debe, hay otro elemento que altera la
efectividad del sistema eléctrico, esto es el mal uso por parte de los
consumidores. Cuando los perjudicados finalmente reciben el suministro
eléctrico, muchos, simplemente lo desperdician. Es decir, hacen un uso poco
económico de este, por ejemplo, utilizando bombillos de alto consumo,
cableado defectuoso, irresponsabilidad a la hora de manejar el consumo, uso
excesivo de electrodomésticos, entre otros. Esto aunque parezcan ejemplos banales,
si tomamos en cuenta los miles, quizás millones de hogares que recurren a estas
malas prácticas, tan solo en los sectores urbanos de Santo Domingo, el efecto
de un solo bombillo mal colocado se multiplica de manera exorbitante, causando
así, un consumo por encima del necesario, con la consecuente pérdida de energía
eléctrica.
Todos
estos problemas traen consigo un gran número de inconvenientes que afectan
diversas índoles de las actividades cotidianas de las personas, comercios e
incluso empresas afectadas por la crisis energética.
Entre
estos inconvenientes se encuentran dos que podrían ser los más relevantes y
problemáticos, uno es el cese de actividades comerciales y productivas a causa
del fallo en el servicio eléctrico, en otras palabras, la afección energética
produce que los comercios e industrias tengan que detener sus servicios y
producciones, ya que muchos elementos y maquinaria cruciales para el correcto
funcionar de estos recintos depende de un suministro eléctrico y cuando este
falla, la maquinaria, computadora o electrodoméstico también lo hace.
En
otro aspecto, en los tiempos actuales la vida individual de la gente se ha
apegado mucho a los electrodomésticos, dispositivos eléctricos,
telecomunicaciones, computadoras, etc. Al punto que se ha vuelto una
dependencia y más que un lujo una necesidad idónea para el día a día, por
consiguiente al no poder utilizar estos artefactos el individuo se ve ante dos
opciones, posponer sus actividades o hallar una forma alternativa de
realizarlas. Incluso, se conocen casos en los que las personas presentan todos
los síntomas de un adicto, es decir, ansiedad, desesperación, inquietud y la
incesante necesidad de volver a lo que se considera normal.
Otro
mal generado por la mala administración de electricidad son las conexiones
ilegales que realizan muchos ciudadanos, esto significa, introducirse y
consumir energía de un circuito asignado a otro local, o sea, robar. Esto puede
ser causado por las altas tarifas eléctricas, falta de suministro, corte del
servicio o simplemente desvergüenza e irresponsabilidad por parte de las
personas.
En
conclusión, la crisis energética en la ciudad de Santo Domingo, provoca
consecuencias que van más allá que un simple “apagón”, es toda una red de
eventos de proviene del cese del suministro. Afecta desde el más humilde hasta
la empresa más poderosa, todos hemos sentido sus efectos y contratiempos. Por
lo tanto, es de suma importancia que el gobierno tome acciones, no solo para
satisfacer las necesidades de los consumidores, sino también concientizar a la
población sobre cómo utilizar la energía más eficientemente.
Así
tendremos una ciudad más productiva, confortable, eficiente y segura.
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